diumenge, 15 d’agost del 2010

Tot llegint Espada

Pocos catalanes son conscientes de que el paisaje de su país --y el paisaje es una condición moral-- está en franca decadencia. De que los estropicios ocasionados durante estos últimos veinte años son comparables a los que acostumbran a denominar deudores de la larga noche franquista. La propaganda lo domina todo. Todo está abotargado. Mis compatriotas siguen prendidos a la delicia consoladora del hecho diferencial sin que este hecho se traduzca en algo más que retórica. Debe de ser muy triste, casi demoledor para el nacionalismo, pero el único hecho diferencial catalán es Barcelona.

Espada, Arcadi: Contra Cataluña. Flor del Viento, 1997, Barcelona, pàgina 148.

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